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"Se tiene que pudrir en la cárcel"

Fueron las palabras de Enrique, el hijo mayor de Violetas Matos, quien fuera asesinada de 10 puñaladas por su ex pareja. "De asistencia a la víctima nadie nos está ayudando", contó.
Sergio Garro
Por Sergio Garro

“Nunca pensé que iba a pasar esto. Esa noche estuve con ella, compartimos un rato y me fui a trabajar. Al día siguiente llegué y me enteré de lo que pasó. Esa fue la última vez que la vi”, recordó Enrique, de tan sólo 20 años, en referencia a los últimos minutos que compartió con su mamá, Violeta Matos, asesinada de 10 puñaladas por Christian Muñoz, su ex pareja.

Con la voz temblorosa cada vez que la ausencia de su madre se le hace carne, el hijo de Violeta afirmó: “De Asistencia a la Víctima nadie nos está ayudando”.

“Nos contenemos entre nosotros, nos arreglamos”, indicó Enrique, haciendo alusión a su hermanito de 10 años sentado un poco más atrás y a su padrastro, que tras lo ocurrido se fue a vivir con ellos.

En este contexto y a 20 días del hecho, el joven y su abogado, Gustavo Lucero, dialogaron luego de presentar una denuncia ante el fiscal general, José Gerez, sobre el desempeño de Gloria Lucero, a cargo del caso.

“Por una excusa administrativa la fiscal no puede impedirnos el acceso al legajo. Le pedimos al fiscal general que interverga”, sentenció indignado el querellante.

“Si él (por Enrique) me pregunta a mí hoy cuál es el estado de la causa, qué pasa en la investigación, no tenemos ni idea”, afirmó Lucero y ratificó que no piensa “ser cómplice de una ilegalidad”.

En consonancia, el joven apuntó que aún no fue entrevistado por la fiscal. “Lo que no quiero es que Muñoz salga, me sacó a mi mamá, lo único que tenía; para mí se tiene que quedar adentro, pudrirse”, apuntó Enrique, con dolor.

En cuanto a la relación de su madre con Muñoz, detalló: “A mí mamá no le decía nada en frente mío. Cuando estaba yo era una persona distinta”. “Mi vieja ayudaba a todos los que podía, era buena, una persona laburadora”, sostuvo Enrique con orgullo.

Este medio intentó comunicarse telefónicamente con la fiscal Lucero, pero no tuvo éxito.

“Mi mamá laburó toda su vida para darnos lo mejor y ahora nos falta todo”, concluyó el joven.

La noche del 28 de septiembre, Christian Muñoz le exigió a Violeta por teléfono y con tono amenazante que se encontraran. Así lo concretaron en calles Otazúa y Mosconi, del barrio El Chacay de Plottier, instancia en la que Muñoz le reclamó que volviera con él y la agredió con un cuchillo. En ese instante y ya herida, la mujer de 36 años trató de escapar, pero su agresor la alcanzó a los 100 metros.

Sin escrúpulos, Muñoz la empujó y le asestó 10 puñaladas, una de las cuales le perforó el corazón y le provocó la muerte. Eran las 00:30 cuando se escucharon los gritos de los vecinos que ante el horror le pedían desesperados que la soltara. Muñoz se profugó, hasta que al día siguiente un amigo lo entregó.

Fuente y foto: LM Neuquén.

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