En la madrugada del 17 de agosto de 2015 tres hombres ingresaron por la fuerza a una precaria vivienda del barrio Valentina Norte Rural y comenzaron a golpear al dueño de casa mientras otros dos hombres aguardaban afuera.

La mujer del dueño de casa llamó a su suegro quien al llegar no sólo fue recibido a golpes sino también con un disparo de escopeta que le causó una ceguera total en su ojo derecho.

La escena podría haber engrosado las estadísticas delictivas de la ciudad, pero no figuró en los libros de novedades de ninguna comisaría hasta que la víctima tomó coraje e hizo la denuncia. Es que los cinco hombres que participaron del ataque son policías.

El juez Martín Marcovesky dispuso que lo ocurrido esa noche sea ventilado en un juicio oral en el que no sólo declararán las víctimas del hecho sino también el perito que analizó las vainas que la misma víctima recogió del lugar y entregó en las oficinas de la fiscalía, ya que temía que si las entregaba en una comisaría desaparecieran.

En el debate oral se espera conocer los pormenores del hecho en que los cinco efectivos policiales de la Comisaría 46, del barrio Los Álamos de Plottier, irrumpieron en la vivienda de otra ciudad y de jurisdicción de la Comisaría 12.

Tras una serie de idas y vueltas en la justicia, los cinco efectivos que llegarán a juicio son Luis Jonathan Laime, acusado de lesiones graves agravadas por el abuso de la función pública, Wilson Bustos, César Rodríguez, Matías Mellán y Leandro Salinas, acusados como partícipes secundarios.

Según el relato formulado por las víctimas, esa noche Marcos Garrido y su pareja Analía Montecinos, fueron sorprendidos por los efectivos.

Al ver que su esposo era golpeado Montecinos llamó a su suegro, Domingo Garrido, quien llegó acompañado de su pareja Verónica Sambueza, quien relató que uno de los policías le apuntó con un arma y le dijo que si se metía le iba a disparar.

Domingo Garrido intentó intervenir y recibió un disparo de escopeta en la cara, que le causó múltiples heridas y le hizo perder la visión de un ojo.

Una vez que hizo la denuncia, Domingo aportó una importante cantidad de vainas servidas que recolectó de la casa y que junto a otros elementos recabados por personal de la Comisaría 12 fueron sometidos a una pericia balística.

El estudio determinó que todas las vainas que Domingo Garrido entregó en la fiscalía -y que fotografió en el piso antes de juntarlas- fueron disparadas por la escopeta oficial de la Comisaría 46.