No había sido una buena jornada para Carlos Berrutti, un hombre de 33 años que vive en Neuquén y trabaja en la reparación de electrodomésticos. Ese mismo día se había enterado de que la mujer que en de 2012 atropelló y mató a su hermana había logrado la libertad.

“Este hombre quería pasar entre las filas de autos a una velocidad de entre 50 y 60 kilómetros, tirando freno de mano, coleando entre los autos e insultando a todos”. Carlos Berrutti Víctima

Natalia tenía 25 años y el 9 de agosto de ese año se dirigía a su trabajo en las cabinas de peaje, cuando un auto la embistió antes de llegar, a escasos 100 metros. La familia luchó mucho por lograr justicia, aunque de manera parcial. A la responsable del crimen, Norma Moreno, le dieron tres años de prisión domiciliaria porque los jueces tuvieron en cuenta que tenía a su cuidado una hija menor. Pero como suele ocurrir en las historias injustas, Moreno estuvo apenas 7 meses y quedó en libertad condicional.

Para la familia fue un golpe duro. En su momento tuvieron el aliciente de saber que se trata de la segunda condena efectiva que se aplica en Neuquén por accidentes de tránsito, después de que Juan Hermosilla Soto atropellara y asesinara en 2008 a Franco y Belén, una parejita de adolescentes que caminaba por la Avenida Olascoaga. Pero pagar una vida con 7 meses de encierro en una vivienda era como una burla. No se lo merecía la familia; mucho menos la memoria de Natalia.

A las 22:15, Carlos transitaba con su mujer por la multitrocha cuando vio que el conductor de un Honda Accord venía realizando maniobras imprudentes. “Llamá a la Policía porque este tipo va a hacer una locura”, le dijo a su esposa. Minutos después, cuando vio que el conductor había frenado en el semáforo, Carlos se bajó para sacarle una foto de frente y, de esta manera, documentar la denuncia. Ahí se desencadenó el drama.

“Me embistió, quedé arriba del capot y siguió aumentando la velocidad hasta que en un momento veo que va a girar, yo ruedo, me tiro, pero él gira otra vez y me pisa la pierna”. Carlos Berrutti Víctima

Furioso ante un seguro escrache, el conductor del Honda aceleró y atropelló a Carlos y lo llevó sobre el capot casi 50 metros. El joven se agarró como pudo mientras miraba cómo el irascible conductor seguía acelerando. En un momento dado, Carlos logró zafar y se tiró hacia un costado pensando que se salvaría, pero el hombre frenó, volanteó, le pasó con el vehículo por arriba de la pierna y finalmente se escapó.

La impotencia y el dolor se apoderaron de Carlos. Producto de la caída, sufrió un fuerte golpe que le causó traumatismo de cráneo y un profundo corte en la cabeza. Por el peso del auto, la tibia y el peroné estallaron y se le incrustaron en el tobillo destrozándoselo.

Quienes vieron la situación no dudaron en comenzar a hacer circular la información con las características del vehículo del agresor: un Honda Accord, de color gris, dominio EKP 869. Se hicieron más llamados a la Policía y hubo publicaciones que se multiplicaron en las redes sociales. Varias patrullas salieron a rastrearlo por la zona, mientras una ambulancia llegó para auxiliar a Carlos. En el hospital Castro Rendón le hicieron las primeras curaciones, pero debido al traumatismo de cráneo fue imposible operarlo. Sólo pudieron colocarle un yeso temporario para inmovilizarlo y colocarle siete puntos de sutura en la herida de la cabeza. Ayer, los médicos lo examinaron nuevamente para ver de qué manera le reconstruirán el pie.

“Eran dos muchachos jóvenes. Les vi la cara a los dos. Dio la impresión de que en un primer momento él intentó detenerse, pero el otro lo incitaba a que siguiera acelerando”. Carlos Berrutti Víctima

Mientras, dolorido pero con una gran necesidad de justicia, Carlos fue a declarar a la Comisaría Séptima de Plottier para dar información a los investigadores. Casi a la misma hora, cerca del mediodía, un hombre se presentó a la Policía y confesó que había sido el autor de aquel episodio, por lo que quedó detenido por instrucción del fiscal Horacio Maitini.

Hoy le formularán los cargos que darán comienzo a un nuevo proceso judicial y nuevamente se alzarán las voces reclamando justicia, igual que hace cinco años cuando atropellaron y mataron a Natalia.

Para la familia Berrutti es volver a revivir una pesadilla que hasta el miércoles había quedado latente y escondida entre recuerdos. Y es, aunque parezca increíble, una participación forzada en un juego de macabras coincidencias que parece haberle planteado el destino.

“No quería morir y por eso me agarré muy fuerte del capot. Yo estaba seguro de que iba a vivir porque es lo que más quiero, dijo Carlos Berrutti.

Fuente: TOP 99.9