Este lunes, pasado el mediodía, se llevó adelante una audiencia en la que tanto la fiscalía como la defensa informaron al juez de garantías Gustavo Ravizzoli que el agresor había sido revisado por médicos forenses. "Ambos informes dieron cuenta que el hombre presentaba ideas paranoides, que no se ubicaba en tiempo y estado y que tenía una situación crítica aguda, por lo que era corría cierto riesgo para sí y terceros", informaron fuentes judiciales y agregaron que los médicos recomendaron que sea evaluado por el área de Salud Mental del Castro Rendón.
Ante ello, el magistrado ordenó que se lo traslade de la Comisaría Séptima, donde estaba detenido al hospital regional y le dio un plazo de 48 horas al área de Salud Mental para que realice una revisión médica en el marco de la Ley 3182, de Salud Mental. Asimismo, que previo al vencimiento los profesionales médicos envíen sus resultados a la Oficina Judicial a los fines de evaluar un diagnóstico inicial, un tratamiento y un seguimiento.
Por último, para evitar cualquier problema, el juez ordenó que el traslado sea con una custodia, la que permanecerá junto al detenido en todo momento, pero que deberá estar sin el uniforme policial. Tampoco pueden esposarlo mientras esté dentro del hospital.
Una vez que se tenga el informe de la evaluación, se llevará una nueva audiencia el próximo miércoles donde en base a los resultados se le formulará cargos o dispondrá otro tipo de medida.
Por su parte, en comunicación con LU5, esta tarde el coordinador operativo de la Periferia I, comisario inspector Pedro Guento, informó que el padre del agresor había sido quien notificó a los efectivos que custodiaban la casa el domingo que su hijo un paciente psiquiátrico.
“El hombre dijo que desconocía si continuaba haciendo el tratamiento. Circunstancias estas que se está corroborando”, señaló Guento, pero señaló que en el allanamiento realizado este lunes, no encontraron ningún blíster o recetas que den cuenta de tal enfermedad.
Respecto a la violenta situación ocurrida el domingo, el comisario relató que todo comenzó cuando el agresor se llevó puesto los conos y cintas de seguridad colocadas por trabajadores que estaban pintando señalizaciones en la calle recientemente asfaltada. “El primer herido fue un sargento que intentó hablar con él. Tras herirlo en el cuello, la axila, la zona costal y en el omóplato cerró la puerta y se encerró en su casa”, detalló e indicó que ante ello, el compañero se acercó para auxiliarlo y llevarlo hasta el hospital de Plottier.
Minutos después llegó otro patrullero, se acerca a la vivienda, cuando uno de los efectivos tocó la puerta sintió un golpe en la frente. “Un perdigón le quedó alojado en la frente. El personal, se replegó, siempre tratando de cuidar al personal, llegan motoristas y uno de ellos sintió un golpe en el mentón. Le había dado con el aire comprimido”, informó Guento.
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